Proyecto AgBio. La mejora de la biodiversidad puede impulsar la rentabilidad y sostenibilidad agrícola

El grupo hortofrutícola ‘El Ciruelo’, que cuenta con dos centrales hortofrutícolas que superan los 10.000 metros cuadrados de superficie cubierta cada una de ellas, participa este 2020 en el proyecto internacional AgBio, impulsado por Syngenta, una iniciativa de investigación y desarrollo enmarcada en el plan de compromisos por una agricultura sostenible ‘The Good Growth Plan’ y su plan de inversión de 2.000 millones de dólares en los próximos cinco años en nuevas tecnologías que ayuden a mitigar el impacto del cambio climático. 

Marisa Ruiz, responsable de calidad en El Ciruelo, ha manifestado que «se trata de un proyecto pionero enfocado en la sostenibilidad agrícola que trata de demostrar como la mejora de la biodiversidad contribuye de manera fundamental a una agricultura sostenible y rentable, mejorando las producciones y la calidad de la fruta, además de ayudar a preservar recursos fundamentales como el suelo y el agua».

Por su parte, Javier Peris, responsable del proyecto en Syngenta, ha indicado que «el proyecto AgBio pretende demostrar como biodiversidad y un suelo vivo pueden incrementar la sostenibilidad y rentabilidad de un ecosistema agrario. Se trata de dar una visión de la importancia de un ecosistema como es el agrario en conjunto donde existen múltiples relaciones que apenas conocemos, como por ejemplo cómo se interrelaciona los organismos del suelo (microbiota) con el cultivo y su influencia sobre plagas y enfermedades».

Mediante la implantación en las calles de los frutales de cubiertas vegetales capaces de atraer y mantener una gran diversidad de invertebrados, formados principalmente por artrópodos (grupo en al que pertenecen insectos, arácnidos y miriápodos), anélidos (lombrices), y moluscos (caracoles), el proyecto AgBio estudia cómo estas cubiertas verdes influyen en el equilibrio plaga-depredador, sobre la polinización o la mejora de la calidad del suelo gracias a los procesos biológicos que se desarrollan en él, a la vez que se reduce la erosión y se minimizan las emisiones de carbono.

Durante el año 2020 se han podido catalogar dentro de las parcelas con frutales de El Ciruelo en Murcia  (dedicadas al cultivo de distintas variedades de uva de mesa con y sin semilla, melocotones, nectarinas, paraguayos, ciruelas y albaricoques), donde se desarrolla el ensayo, hasta 137 especies de insectos, de las cuales 22 están catalogadas como amenazadas por la UICN - Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Entre ellas, destacan 53 especies polinizadoras, como la abeja de la miel, abejorros o numerosas especies de abejas silvestres, como la abeja solitaria Colletes merceti, endemismo ibérico cuya presencia sólo se había detectado antes en la provincia de Almería.

La siembra de cubiertas vegetales ha generado igualmente la aparición de un gran número de enemigos naturales de las plagas de diversos cultivos como Alysia manducator, avispa parasitoide de dípteros-plaga como Delia o Drosophila. Entre las especies encontradas destaca especialmente el escarabajo Meloe cavensis, un raro endemismo del sur de la península incluido en la lista roja de la UICN (Unión internacional para la conservación de la naturaleza). Se trata de un escarabajo de gran valor como fauna auxiliar ya que las larvas se alimentan de las larvas de saltamontes y langostas, evitando de esta manera que puedan a llegar a convertirse en plagas.

www.syngenta.es

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