Las XV JUVE abordaron la elaboración de grandes vinos venerando el terruño

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las XV Jornadas Universitarias del Vino Ecológico (JUVE) congregaron el 9 de febrero a 130 estudiantes y profesionales del sector vitivinícola en la Universidad de La Rioja. Fueron inauguradas por el vicerrector de Investigación e Internacionalización Eduardo Fonseca y el presidente de Cultura Permanente, Iñigo Crespo, mientras que Antonio Tomás Palacios, profesor de Análisis Sensorial de la UR, moderó una interesante mesa redonda con la participación de los tres ponentes tras sus respectivas presentaciones.

La primera ponente fue María Gloria Sáenz Romo, doctora Ingeniera Agrónoma en Enología, Viticultura y Sostenibilidad, que destacó la importancia de «manejar holísticamente el viñedo» en viticultura ecológica, teniendo en cuenta que el manejo del suelo y la preservación de la biodiversidad son claves para el equilibrio de la explotación. Al respecto indicó que «las cubiertas vegetales nos ofrecen una serie de ventajas agronómicas y ecológicas frente al laboreo tradicional. Estas infraestructuras ecológicas aumentan las oportunidades de la fauna auxiliar útil, al actuar como reservorio de alimentos y refugio, contribuyendo así a la optimización del control biológico de plagas por conservación».

La composición de la cubierta vegetal, su fenología y la disponibilidad de polen y néctar son factores importantes que favorecen la presencia de artrópodos totales y funcionales. No obstante, según Sáenz Romo, «es vital gestionarla adecuadamente para no tener problemas de competencia con el cultivo o de reservorio de plagas y enfermedades».

 

Estrategias para aumentar la fauna auxiliar

En su ponencia ‘Estrategias de control biológico de plagas en viñedo’, Saioa Legarrea Imizcoz, investigadora de la Universidad de La Rioja, presentó los resultados de investigación más recientes en el proyecto CUVEGE–VOL VIÑA, que se está desarrollando en el grupo de Manejo Integrado de Plagas de la UR. En particular, explicó estrategias para aumentar la abundancia de fauna auxiliar en parcela, utilizando el caso de ácaros depredadores de plagas.

Además, dada la importancia que tiene conocer las particularidades de cada viñedo para diseñar una gestión adecuada, propuso «el uso de técnicas moleculares para el estudio de las relaciones entre enemigos naturales beneficiosos y las plagas de las que se alimentan».

La tercera y última de las ponencias fue a cargo del enólogo riojano Álvaro Palacios Muro.

En su conferencia ‘Experiencias y retos de elaboración y comercialización de grandes vinos’, ensalzó el valor del suelo, de la vida biológica del terruño, porque «la tierra es al menos el 70% del vino». Y destacó que «los vinos ecológicos son más transparentes, más puros».

Defensor a ultranza de los viñedos parcelarios y de sus nombres singulares, afirmó que estos viñedos con nombre propio son «un valioso patrimonio del Viejo Mundo», como los históricos de Borgoña o Piamonte, que, además, están en gran medida protegidos desde el siglo XVII o XVIII por las administraciones y que, por todo ello, por su tradición, rigor y seriedad, cuentan con la credibilidad de los coleccionistas de grandes vinos y los mercados más exigentes.

Por tanto, añadió, que «una demanda cada día más documentada y rigurosa exige una clasificación de vinos coherente y en línea con los mercados vinícolas».

 

Visita a Bodegas Beronia

Por otro lado, y en marco de las XV JUVE, los estudiantes del Grado y del Máster de Enología de la Universidad de La Rioja, así como docentes y varios profesionales del sector, visitaron el 23 de febrero las nuevas instalaciones de Beronia en Ollauri (La Rioja), donde pudieron conocer de primera mano cómo es la primera bodega del mundo en obtener la certificación LEED Gold.

La arquitectura y la ingeniería de la nueva bodega de Beronia son un modelo de eficiencia y de respeto medioambiental. El edificio está integrado en el paisaje y emplea la geotermia y otras tecnologías para reducir el consumo energético.

Durante la visita se recorrieron las nuevas instalaciones en dos grupos, uno dirigido por el enólogo Alejandro López y otro por la enóloga María Jesús Sáez. Se comentaron muchos aspectos innovadores, como los depósitos autolimpiables, la automatización de muchos de los procesos habituales en bodega y el lavado de barricas gracias a un sistema de microondas que facilita la eliminación de Brettanomyces, entre otros hongos y bacterias, hasta una profundidad de 5 o 6 milímetros. También destacó el avanzado diseño bioclimático, el aprovechamiento del agua de lluvia y la implementación de energías sostenibles como la solar fotovoltaica, la solar térmica, la geotérmica y la aerotermia, todo un póker ecorresponsable de eficiencia energética.

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